En las primeras etapas del desarrollo cerebral del bebé, el juego es fundamental para ir adquiriendo mayores habilidades, que le ayudarán en su proceso de enseñanza-aprendizaje en el futuro, además de estrechar los lazos de unión con sus padres.
Con el juego se desarrolla la memoria y el lenguaje, se aprende el funcionamiento de las cosas y se facilita la adaptación al entorno,claro síntoma del desarrollo de su inteligencia.
Aunque nos parezca que el bebé está centrado en este tiempo sólo en comer y dormir, su cerebro no deja de modificar esquemas y adquirir nuevos con cada contacto que le ofrecemos.
No podemos esperar mucha interacción con un recién nacido, pero desde los primeros momentos el bebé se muestra muy interesado por todo lo que ocurre a su alrededor. Lo que más le llamará la atención será el sonido de nuestra voz, los gestos de nuestra cara y sobre todo nuestro contacto.
En el transcurso de unos pocos meses ya estará preparado para interrelacionarse con nosotros, a través de sus miradas sonrisas y gorjeos.
En el denominado "Periodo Sensoriomotor" según Piaget, "el juego se caracteriza por el hecho de prolongar la ejecución de alguna acción, por el puro placer funcional"
Los bebés juegan con sus manos y pies, balbuceando, haciendo burbujas con la saliva... Hemos de ayudarle a perfeccionar sus posibilidades hasta que por fin consiga coger y tirar cosas con las manos.
Para ellos los juguetes no significan nada si no hay alguien detrás que le haga aprovechar su estimulación.
El juego es aprendizaje. Como en todo, cada bebé lleva su ritmo y cada uno manifestará interés por unos juegos frente a otros.
A partir de los 6 meses con un nuevo avance motor, les podemos proporcionar juguetes como pelotas, peluches, o juegos clásicos como el cucutrás para ayudarle a entender que los objetos no desaparecen cuando no están al alcance de su vista. Se recomiendan juegos funcionales, de acción, de sensaciones y movimientos;como jugar con sus dedos, los cinco lobitos o la lectura de cuentos empleando diferentes tonos de voz.
Infinidad de cosas que aprender...jugando.
Aunque nos parezca que el bebé está centrado en este tiempo sólo en comer y dormir, su cerebro no deja de modificar esquemas y adquirir nuevos con cada contacto que le ofrecemos.
No podemos esperar mucha interacción con un recién nacido, pero desde los primeros momentos el bebé se muestra muy interesado por todo lo que ocurre a su alrededor. Lo que más le llamará la atención será el sonido de nuestra voz, los gestos de nuestra cara y sobre todo nuestro contacto.
En el transcurso de unos pocos meses ya estará preparado para interrelacionarse con nosotros, a través de sus miradas sonrisas y gorjeos.
En el denominado "Periodo Sensoriomotor" según Piaget, "el juego se caracteriza por el hecho de prolongar la ejecución de alguna acción, por el puro placer funcional"
Los bebés juegan con sus manos y pies, balbuceando, haciendo burbujas con la saliva... Hemos de ayudarle a perfeccionar sus posibilidades hasta que por fin consiga coger y tirar cosas con las manos.
Para ellos los juguetes no significan nada si no hay alguien detrás que le haga aprovechar su estimulación.
El juego es aprendizaje. Como en todo, cada bebé lleva su ritmo y cada uno manifestará interés por unos juegos frente a otros.
A partir de los 6 meses con un nuevo avance motor, les podemos proporcionar juguetes como pelotas, peluches, o juegos clásicos como el cucutrás para ayudarle a entender que los objetos no desaparecen cuando no están al alcance de su vista. Se recomiendan juegos funcionales, de acción, de sensaciones y movimientos;como jugar con sus dedos, los cinco lobitos o la lectura de cuentos empleando diferentes tonos de voz.
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